Desde tu eternal mansión


Desde tu eternal mansión
Mira, ¡oh Dios! a los esposos
Que hoy, en ferviente oración,
Vienen a pedir gozosos
A tu amparo salvador
Vivir en tu paz y amor.

Sus deseos hasta Ti
Suban, pues de mente pía
Brotan, Señor; colma, sí,
Hoy sus almas de alegria,
Y a su indisoluble unión
Da tu santa bendición.

¡ Oh Señor! haz que la fe
Los conduzca, los aliente,
Y en sus almas siempre
Cual perenne, viva fuente.
Ven el lazo a bendecir
Que los acaba de unir.

En sus almas siembra paz,
Fiel su hogar guarda y protege;
Que tu brazo, ¡ oh Dios! jamás
En el mal caer los deje.
Y condúzcales tu amor
A tu morada, ¡ oh Señor!